Querid@s lectores de TodoGravel,
Mi nombre es Silvia Röthe y me declaro amante y activa exploradora del gravel en Costa Rica. También confieso (con un poco de pena) que hace aproximadamente un año ni siquiera era consciente de la existencia de las bicicletas gravel.
Resulta que este personaje que es mi novio, Alonso, tuvo una gira musical por Europa el año pasado (2019) y localmente dentro varios países europeos Alonso aprovechaba para movilizarse en bicicleta, como tiene que ser; fue así que descubrió (y tengo que RECALCAR esto) se obsesionó con las bicicletas gravel…y ellas con él.
Como es lógico, al inicio no sabíamos mucho respecto a este tipo de bicicleta o “gravelear” pero este chico, como buen obsesivo compulsivo que sé que es, pronto era un completo experto en el tema (componentes, llantas, pesos, geometrías, marcas etcétera) y estaba convencido de que eran las bicicletas ideales para nosotros en Costa Rica.
Ya teníamos un tiempo de estar rodando juntos, ambos teníamos nuestras MTB a las cuales les invertimos amor y tiempo, racks y canastitas. A menudo hacíamos vueltas urbanas, tomar café, hacer diligencias, movernos desde y hacia el trabajo, explorar la ciclo vía de San José, desayunar en las ferias etcétera etcétera. Lo cierto es que ya estábamos bastante metidos en el mundo de la bici y nos encantaba. Notamos como muchas personas a nuestro alrededor se empezaron a interesar por el tema y much@s inviertieron en bicicletas también.
Llegado diciembre del 2019 compramos nuestras Marin Lombard 1 y 2 respectivamente, y nuestra vida en el ciclismo cambió drásticamente. Para bien.
Empezamos a meter bastante amor y dedicación a estas bicicletas sin dudarlo.
Cambiamos las llantas de fábrica por unas WTB resolute tubless 700×42 (ideal para todos los climas de CR). Complementariamente entramos en el mundo de utilizar clips y ropa apropiada para ciclismo, preparamos nuestros piñones para las elevaciones de Costa Rica sustituyendo el original 11-34 por un 11-42 y hemos cambiados tubos de asiento, asientos, hicimos mediciones y todo lo que viene con la pasión ciclística.
Como parte de esa obsesión/emoción, Alonso creó este perfil de Instagram @gravel.tropic, donde hemos expandido y compartido nuestro conocimiento acerca de todo lo gravel. Hemos hecho amig@s, y a menudo escriben personas pidiendo consejos y haciendo preguntas. Quizás lo mejor de este perfil es que pasamos compartiendo nuestros “rides” con el mundo, literalmente. Aunque muchas veces también babeamos viendo bicicletas del mundo.
Ahora si, ¡la carnita de este artículo!, bueno no, la carnita no porque soy vegetariana y no quiero dar a entender que lo mejor de la comida está en la carnita, la proteína de este artículo es la siguiente:
¿Por qué amamos nuestras bicis gravel?
Son híbridos altamente versátiles. Con las llantas adecuadas y buena técnica, casi valen en todos los terrenos. Corremos con gran velocidad por rutas de asfalto como lo es Puriscal en CR. Casi logramos codear a ratos con quienes van con su increíblemente liviana bicicleta de ruta.
Un viaje increíble reciente que hicimos fue: Salir de Ciudad Colon cerca de la ciudad y llegar hasta Parrita en Puntarenas (la costa), en lo que fue un inicio de mucho asfalto y velocidad, para luego atravesar montañas, ríos, muchísimo lodo, varios microclimas distintos y deliciosos kilómetros seguidos de gravel hasta aparecer por una de estas gigantescas plantaciones de aceite de palma en Parrita. Es realmente gratificante contar con un vehículo tan versátil y adaptable a tantos tipos de caminos. Una bicicleta gravel es casi tan deliciosa como la muy merecida cerveza helada que tomamos después de esos luchados 86 kilómetros de salvaje altimetría.
Con nuestras bicis somos de ambos mundos.
Nuestr@s amig@s de bici de ruta nos invitan a pasear, podemos ir. Nuestr@s amig@s de bici de montaña nos invitan a pasear, ¡también podemos ir!
En resumen, nunca tenemos que decir que no. Es un “siii” a prácticamente todos los paseos en bici que aparecen.
El ciclismo gravel ha sido maravilloso para nosotros, y lo escribo con una gran sonrisa de felicidad. Todo son hermosos caminos que hemos descubierto en nuestro país, a la vez, miles de hermosos caminos por descubrir, y por supuesto, nuev@s amig@s por hacer, ya que donde sea que vayamos, tarde o temprano: “¡heeeeeey graveleros!”, lo cual desemboca en chats de whatsapp y rutas en grupo. Hemos disfrutado demasiado y somos tan felices de tener nuestras bicis de gravel.
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