El ciclismo gravel está viviendo sus años de fama. La venta de este tipo de bicicletas, componentes y vestimenta está rompiendo récords pues millones de ciclistas de primera vez y de otras modalidades han iniciado o migrado a él.
Sin embargo, la mayoría sigue en el ciclismo de ruta, MTB o fitness, siendo tentados ahora mismo a comprar una bicicleta gravel como complemente o para migrar definitivamente. Pero ¿estás segura/o que una bicicleta gravel es lo ideal para ti? En seguida algunos consejos.
El contexto
Quizá te extraña este artículo en TodoGravel dado que nuestro objetivo principal es brindarte información sobre el ciclismo y bicicletas gravel, con el efecto colateral de atraerte hacía esta actividad deportiva. Sin embargo, con este texto es posible te alejemos de él, yendo entonces en contra de nuestro objetivo.
Sin embargo, uno de nuestros objetivos secundarios es también darte tanta información como podamos para que tomes la mejor decisión, ya sea que estés en el mundo del gravel, estés reflexionando mudarte a él de manera parcial y/o total o simplemente porque te gusta leer sobre este tipo de ciclismo.
Pero entremos en el tema. Por diversas razones todas/os queremos ser parte en algún momento de la moda para disfrutar de ella. Trátese de ropa, smartphone, zapatos o el artículo que gustes, por naturaleza humana queremos experimentar lo nuevo. En ocasiones eso nuevo nos satisface y se llega a convertir en lo normal hasta que llega otra moda o novedad que la reemplazará.
Con el ciclismo no hay excepción. En un inicio (comienzos siglo XX) las bicicletas de ruta fueron la regla. En los 50s las bicicletas de ciclocrós se consolidaron con la adopción de esta categoría por parte de la UCI pero llegaron a su límite muy pronto. En los 70s llegaron las de montaña (MTB)arrasando, lo cual hacen todavía hasta el momento. En los 80s las BMX fueron la moda (¡quien no tenía una!), pero así como subieron rápido de popularidad, también bajaron.
Los 80s, los años maravillosos de las bicicletas BMX.
Debieron pasar casi 25-30 años para que otra categoría de ciclismo se afianzara como tal. Me refiero obviamente al ciclismo gravel, el cual tuvo sus comienzos más en forma a inicios del siglo XXI y su despegue definitivo luego del 2010, aunque está a debate.
El caso es que hoy en día es la sensación y casi toda la comunidad ciclista habla del gravel. Si hasta este momento no te has dejado arrastrar por la ola gravelera pero estás tentada/o, entonces aquí te dejo algunos consejos que te recomiendo leas antes de hacer cualquier movimiento de “migración” al gravel.
Los Consejos, tips, factores o como gustes llamarle
1. No te gusta ensuciarte, tampoco tu bicicleta.
Si eres un ciclista a quien gusta andar muy limpio o lo más limpio posible con la vestimenta y la bicicleta, entonces el ciclismo gravel no es para ti. No es ningún pecado querer estar siempre así. La limpieza es crucial para muchas cosas y hay personas que no desean abandonar dicho estadio, incluso ciclistas.
Un buen número de ciclistas de ruta tienen un gusto así; los veo casi siempre impecables en la limpieza de ellos y su bicicleta. Está bien, es su gusto y quizá también el tuyo.
En el ciclismo gravel muchas veces no podrás terminar limpio/a tus rodadas. La misma bicicleta te jala hacía cualquier terracería no importa que se trate de una cuadra de calle en medio de la ciudad, pues en este tipo de superficie es donde se comportará mejor; en un ambiente así lo mínimo que obtendrás es una buena polveada y, si esta mojado o húmedo, pues lodo enfrentarás con el resultado esperado.
Obviamente puedes comprar una gravel y rodarla siempre por caminos asfaltados para andar casi siempre limpio, pero sería un desperdicio en todos los sentidos: en capacidad de la bicicleta y hasta gasto innecesario de energía tuya. Bajo este concepto de suciedad o no, la migración al gravel es por lo tanto y por obvias razones más fácil para un ciclista de MTB que para uno de ruta.
Si no te gusta ver tu bicicleta ensuciada en múltiples ocasiones, el gravel no es para ti.
2. Odias el asfalto en mal estado.
Si odias el asfalto en mal estado ya sea por inseguro, sus vibraciones o retos de maniobrabilidad, entonces el ciclismo y bicicleta gravel no es para ti. En dicho ambiente tus brazos vibrarán constantemente como gelatina e incluso pueden llegar a doler, tu trasero de manera frecuente absorberá alguna piedra u hoyos y corres el riesgo de caer, mayormente al atacar una curva o cambiar de carril si el camino está en mal estado.
Además, pedalear sobre caminos gravel en ocasiones es como correr por la playa; te cansas más rápido, avanzas menos y la velocidad es limitada. Esto último porque ir a alta o muy alta velocidad sobre el gravel es mucho más peligroso respecto a ir sobre asfalto. La tracción al piso suele perderse.
3. Nunca te acostumbrarás a un manillar caído
Este factor aplica para los ciclistas de MTB o de bicicletas fitness. Es muy conocida la diferencia abismal entre manillar plano y manillar caído. Ambos tienen sus pros y contras, pero muchos/as ciclistas jamás abandonarán un manillar plano por la seguridad que brinda tal postura corporal y la sujeción firme de manos sobre el manillar al pedalear. Esto es muy comprensible y hasta natural.
La buena noticia es que el ser humano es el ser vivo de mayor adaptación en la tierra. Por lo tanto, es casi un hecho de que algún día te puedas acostumbrar a un manillar caído, tal como me sucedió a mí. Además, hoy en día existen las bicicletas gravel de manillar plano, así que no tienes por qué abandonar este tipo de manillar que tanto te gusta.
En el ciclismo gravel hay múltiples tipos de manillares a escoger… por si no te gusta el manillar caído.
En resumen, si definitivamente no puedes vivir sin manillar plano pero principalmente no te gusta la sensación de una gravel con este tipo de manillar, entonces esta modalidad ciclista no es para ti.
4. Emociones extremas al pedalear
Una bicicleta gravel se ubica entre una bicicleta de ruta y una MTB, es decir, toma algo de ambas. Para algunos lo mejor y para otros lo peor. Todo depende a quien le preguntes.
Ello conlleva a que una bicicleta gravel tenga límites. No podrás andar como cabra por la montaña dando de brincos, enfrentar o rodar sobre piedras de gran tamaño o descender sin cuidado por senderos exigentes gracias a la doble suspensión o suspensión delantera de gran recorrido y que facilita el rodamiento.
Por otra parte, no podrás aprovechar descensos para alcanzar y mantener velocidades más allá de los 50/60km, pues las gravel tienen un único plato (1x) o dos platos (2x) de tamaño mediano.
En suma, ese tipo de adrenalinas difícilmente las podrás disfrutar con una gravel, salvo le montes platos y neumáticos similares a una de ruta, pero no podrás montarle suspensiones de MTB.
Si este rango o limitación de adrenalina en superficies gravel no se te hace atractivo, entonces una gravel no es para ti. Pero no me malinterpretes. El ciclismo gravel ofrece otro tipo de emociones igual de fuertes.
5. Probar antes de comprar
Para no hacer tan largo este texto concluyo con un consejo lógico: probar antes de comprar. Ahora bien, es más fácil desearlo que hacerlo y en buena medida se debe a que en muchos países tener acceso a una bicicleta gravel para probarla es todavía complicado. Si vives en España, EE.UU. o alguna gran ciudad de Latinoamérica el asunto se facilita; la disponibilidad de probar una gravel con un distribuidor o un colega ciclista es mayor.
Lamentablemente son más los/las ciclistas que no pueden probar una gravel antes de comprar, debiendo decidir su adquisición sobre imágenes y videos en el Internet. Esto es un riesgo que muchos hemos tomado en algún momento. En mi caso compré sin probar antes una Giant Contend AR usada que no es propiamente una gravel, sino una All Road y que me salió buenísima. Pero no por ello dejó ser un riesgo. Además, ya sabía y había probado bicicletas gravel por varios años.
Se trata entonces de probar para comprobar si lo tuyo es o no es una gravel y tomar la decisión correspondiente. Si probar no es posible, entonces analizar a fondo el caso obteniendo tanta información como sea posible en Internet.
Concluyendo
Si estás muy contento o contento con tu actual bicicleta de ruta, MTB o fitness entonces síguele ahí. Disfrútala y sácale el máximo provecho mientras el gusto dure. Ofrecen una sensación única que no podrás disfrutar en otro tipo de bicicleta.
Pero si le has exprimido ya “todo el jugo” y buscas nuevas sensaciones y aventuras al pedalear, la bicicleta y el ciclismo gravel te lo ofrecerán sin duda alguna.
Que el cambio sea casi por necesidad e incluso el gusto, más no por moda. Ahora que si tienes la plata, pasta o dinero suficiente para comprar una segunda bicicleta, entonces ya es otra historia; el gravel es el camino.
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